Sabemos que un consumo elevado de productos con azúcares añadidos y procesados, además de una dieta alta en carnes rojas, puede conllevar un riesgo para nuestra salud.
En este escenario, un último estudio nos alerta sobre un excesivo consumo de bebidas azucaradas y su conexión con el riesgo de padecer cáncer. La publicación se publica en la revista BMJ.
Este nuevo estudio viene a engrosar un conjunto de evidencias considerable reunidas en los últimos años que indica que limitar el consumo de bebidas azucaradas, junto con otras restricciones dietéticas, podría contribuir a reducir el riesgo de padecer cáncer.
Las posibles explicaciones de los resultados de este estudio incluyen el efecto del azúcar contenido en las bebidas azucaradas sobre la grasa visceral (aquella que se almacena alrededor de órganos vitales como el hígado o el páncreas), los niveles de azúcar en la sangre y los marcadores inflamatorios, todos ellos relacionados con un mayor riesgo de cáncer. Además de otros compuestos químicos, como los aditivos en algunos refrescos, también pueden jugar un papel nocivo.
Los autores han manifestado que sus datos sirven para reforzar las recomendaciones nutricionales ya existentes de limitar el consumo de bebidas azucaradas, incluido el zumo de fruta, así como las acciones políticas, como impuestos y restricciones de comercialización dirigidas a estas bebidas, que podrían contribuir potencialmente a la reducción de la incidencia del cáncer en la población.
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